
La importancia de mantener los horarios de las comidas
En lo que se refiere a la alimentación de los pequeños de la casa, los papás deben considerar diversos factores: la calidad de los alimentos, la variedad de los nutrientes, la forma en que se presentan a los niños… y el horario en que se come.
Se ha comprobado que alteraciones en el horario de las comidas puede conducir a la obesidad.
Según investigaciones de diversos especialistas, alterar los horarios de las rutinas más importantes (sueño, actividad física, alimentación…) puede conducir a cambios en el reloj biológico y alteraciones en el metabolismo de los niños.
En concreto, las alteraciones en los horarios para comer pueden llevar a alteraciones en el metabolismo de la glucosa y de las grasas que pueden conducir a la obesidad.
Nuestro organismo responde por medio de estímulos externos a lo que sucede y tiene diversas conductas: en cada célula tenemos un “reloj” que trabaja en ciclos de 24 horas. Una de sus funciones más importantes: administrar el metabolismo de la glucosa y de las grasas.
Cómo los alimentos a sus horas
Según los estudios de diversos especialistas, alterar los horarios en que habitualmente se come, afecta al reloj biológico llevando a producir el llamado síndrome metabólico.
Cuando las células notan que el cuerpo no recibe alimento en sus horarios habituales, intentan compensar la falta de fuentes de energía para el organismo, y liberan a la sangre glucosa, colesterol y triglicéridos: grasa y azúcar para que el cuerpo obtenga energía.
Cuando finalmente se ingiere alimento, como la sangre está saturada de grasa y azúcar, el organismo envía los lípidos que se han ingerido al almacenamiento y deja de procesar los azúcares. De manera que se crea más tejido adiposo y se elevan peligrosamente los niveles de azúcar, lo que puede llevar, además de la obesidad, a la aparición de la diabetes tipo 2.
Nuestro consejo: hay que mantener los horarios de la comida familiar con rigor.
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